Semblanza: Doctor Luis González Vales

EN SU PARTIDA

A:  Don Luis González Vales

Hace algunos años, la crítica literaria Carmen Dolores Hernández esbozó un perfil del historiador puertorriqueño, Luis González Vales.  Describió al entonces Historiador Oficial de Puerto Rico como un “centinela alerta en la guerra del tiempo”. Con esa frase recogía la profunda vocación de servicio que don Luis había desplegado en su fecunda vida profesional y en su admirado talante personal.

Cual centinela en la guerra del tiempo, González Vales veló desde las instituciones públicas y privadas en las que ejerció, por acrecentar el patrimonio documental y material puertorriqueño.  En ese menester escudriñó archivos natales y extranjeros; gestionó la reproducción de valiosa documentación; apoyó la publicación de textos que arrojan nuevas luces sobre nuestras andaduras y fraguas.

Al servicio de Clío (la musa de la Historia), como él mismo describía su quehacer, Luis González Vales respaldó a historiadores consagrados y noveles con prólogos, presentaciones y ensayos para antologías. Junto a esa ejemplar mentoría, fue un estupendo embajador ante instituciones de prestigio internacional en las que expuso con solvencia argumentativa y elegancia en el decir, el particular perfil de Puerto Rico en sus dinámicas internas y en sus relaciones con el mundo.

Desde su niñez en Río Piedras, la valoración militar y estratégica de Puerto Rico alentó su interés en la Historia.  Quizás en suave contrapunto con el Insularismo de Antonio S. Pedreira, su padrino y primer mentor muerto precozmente, González Vales quedó cautivado desde muy joven por las gestas militares y el rol geopolítico de Puerto Rico que vinculaban a nuestra tierra con los aconteceres internacionales.  Eran tiempos de la Segunda Guerra Mundial y luego del conflicto en Corea.  Como tantos otros jóvenes puertorriqueños ingresó en las Fuerzas Armadas en las que prosiguió carrera, con distinción, mayormente dentro de la Guardia Nacional.

Una temprana decisión de estudiar Ciencias Naturales fue suplantada por una carrera en Historia, desarrollada en la Universidad de Puerto Rico y culminada con un doctorado en la Universidad de Columbia bajo la tutela del reconocido latinoamericanista, Frank Tannenbaum.  A su regreso, desarrolló una intensa labor docente en la Universidad de Puerto Rico, Universidad Interamericana, Universidad del Sagrado Corazón, y el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe.  Asumió además cargos en la gerencia universitaria y en varias instituciones filantrópicas y culturales como el Hospital Presbiteriano y la Fundación Puertorriqueña de las Humanidades, entidad que lo distinguió en 1998 como Humanista del Año.  En 1992 y hasta 2018, nuestro historiador fue Director de la Academia Puertorriqueña de la Historia

En 1997 fue designado Historiador Oficial de Puerto Rico, cargo que mantuvo hasta 2020.  A lo largo de esos años, afirma, nunca hizo historia oficial.  Su entendimiento de la responsabilidad conferida fue invariable:  Ser historiador oficial significaba tener la oportunidad para promover el estudio de la historia del país, de estimular las investigaciones, de aumentar el acervo de fuentes documentales y apoyar la publicación de trabajos de valor histórico. Su generosidad corría a la par con su curiosidad.  Uno de sus grandes placeres como historiador era seguirle la pista a comentarios o palabras oídas al azar sobre documentaciones relativas a Puerto Rico que estaban en tal o cual biblioteca o archivo. Esta labor de sabueso lo llevó a más de “una isla del tesoro”.

Quizás la más recordada sea la ocasión en que estando en un congreso en España oyó la participación del Coronel don Carlos Zamorano, quien presentó un trabajo con el título: “Puerto Rico, la Campaña Terrestre, 1898”, con la colaboración de los coroneles don Bretanión Mengual Boj y don Jesús Alonso Iglesias.  La sorpresa fue el anuncio por parte de los autores de que existía en el Archivo General Militar de Madrid un conjunto de casi cuatro mil cajas de documentos sobre Filipinas, Cuba y Puerto Rico. Según expresaron los autores del trabajo, dicha colección no había sido catalogada y esperaban que algún día pudiera ser investigada.

Ni corto ni perezoso, González Vales siguió la pista de uno de los hallazgos documentales sobre Puerto Rico más sustanciosos que se haya hecho en los archivos españoles. Cuando tuvo en sus manos la documentación debidamente inventariada y reproducida, la puso a disposición de los investigadores y pronosticó: “Esta publicación [Documentación de Puerto Rico en el Archivo General Militar de Madrid, 2002] será́ instrumento de gran utilidad para los investigadores, tanto de España como de Puerto Rico, que se acerquen a esta ventana recién abierta de nuestra historia común”. Un segundo proyecto correspondió a fondos de Puerto Rico en el Archivo General de la Marina en Viso del Marqués, adscrito al Instituto de Historia y Cultura Naval de España, y otro más a los mapas y planos sobre Puerto Rico albergados en el Centro Geográfico del Ejército de España. En 2005, apareció el volumen San Juan, la ciudad que rebasó sus murallas en edición bilingüe en el que los documentos recuperados constituyen la base de una mirada ampliada a la ciudad baluarte. 

Como autor, la producción historiográfica de Luis González Vales revela líneas de pesquisa que se convierten en “ventanas abiertas” a historias comunes entre Puerto Rico y las metrópolis. El gozne que vincula lo constituyen unas figuras -algunas conocidas, otras no tanto, pero claves- que iluminan una época o señalan rumbos nuevos.  Su investigación sobre el intendente Alejandro Ramírez (fundador del Diario Económico) pone de relieve la importancia que tienen la historia de las instituciones y la historia de las ideas y su circulación en el avance de parámetros de modernidad económica y reformismo político en Puerto Rico. Por otro lado, su manejo de personajes como el mismo Ramírez, el diputado Ramón Power, y algunos autores norteamericanos en el cambio de siglo 19-20 le permiten narrar los avatares metrópolis-colonia desde una óptica equilibrada y atenta más a los intercambios que a los desencuentros.

Una ciudad, un país, se fundan una y otra vez, más allá de los cambios que registran planos, mapas y crónicas en el tiempo.  Lo hacen en las capas de profundidad de su memoria colectiva. Mediante el rescate, conservación y transmisión del conocimiento histórico, Luis González Vales ha contribuido a que conozcamos con hondura los contornos de la ciudad de San Juan y del país que le cobija, Puerto Rico.

Academia Puertorriqueña de la Historia (2023).

*Con modificaciones editoriales mínimas para ajustarlo a la ocasión, el texto apareció como dedicatoria firmada por los académicos José G. Rigau y Silvia Álvarez Curbelo al volumen 10 de Patrimonio revista publicada por la Oficina Estatal de Preservación Histórica, bajo la dirección del arquitecto Carlos Rubio Cancela y la doctora Lillian Lara Fonseca (2021).